“LA CONJURA DE LOS NECIOS”, DE JOHN KENNEDY TOOLE
Las vueltas que da la vida, si este autor levantara la cabeza de su tumba, no se creería lo que ha sucedido con su novela. Desde un Pulitzer hasta una estatua de bronce de su histriónico personaje Ignatius J. Reilly, delante de un comercio, en una famosa calle de Nueva Orleans.
Numerosos premios han refrendado el talento de este autor que murió con apenas 31 años. Una novela escrita a mitad del siglo XX, que deja entrever el drama de muchas personas ante la pobreza, el racismo, las clases sociales, las malas condiciones laborales, una sociedad que va despertando a pesar de estar imbuida en el carácter jaranero que la caracteriza, y que nos lo manifiesta el autor en las descripciones del barrio francés.
Podemos decir que el protagonista es un arquetipo de un Don Quijote. Un personaje no entendido, que tiene una mirada delirante, excéntrica, sobre el mundo que lo rodea. Espíritu de contradicciones, con un ego de su tamaño, va imponiendo su impronta a su madre y a todos los seres cercanos. Vive situaciones complicadas, surrealistas, que llegan a arrancar risas en sus lectores, dejando también una estela de desazón tras de sí.
La conjura de los necios reúne a personajes muy especiales como la señorita Trixi, la señora Levy, González, Mancuso... en definitiva, el autor ha mostrado su alta capacidad para definir personajes secundarios que se conjuran para recrear situaciones cómicas.
Con un lenguaje culto, Ignatius J. Reilly engancha al lector con sus teorías apocalípticas, arcaicas, políticas y filosóficas, auténticas “gemas de nihilismo”, tal como las define, su archienemiga amada y coetánea, Myrna Minkoff.
Una novela de 389 páginas, traducida al español por J.M. Álvarez Flórez y Ángela Pérez, de la editorial Anagrama.
A veces se vuelve un poco densa en el monólogo narrativo que se genera cuando escribe su diario o sus píldoras filosóficas. Aunque no deja de ser amena, sobre todo en los diálogos entre los personajes. La recomiendo y mucho.
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