"LA TREGUA", DE MARIO BENEDETTI

 


Si para el Señor Santomé, Avellaneda ha sido una tregua, para mí este libro ha sido una guerra con el tiempo. Me ha parecido un libro tedioso, rutinario, lógico de una vida escrita en un diario. Los diarios suelen ser muy aburridos, al no ser que seas un héroe de Marvel. ¿Qué sucede en la vida de un viudo que trabaja en una oficina como contable y está a punto de jubilarse? Nada. Lo único que pasa es la vida, una vida monótona, donde los pensamientos fluyen a cámara lenta. Ha logrado tal tedio, que las frases están construidas de la misma manera, llenas de enumeraciones, entre comas, frases largas y aburridas. Un ejemplo (aunque el libro está lleno de ejemplos): «La vida se va, se está yendo ahora mismo, y yo no puedo soportar esa sensación de escape, de acabamiento, de final.» ¿Se dan cuenta lo que digo? La vida se va muy rápido, pero con este libro ha ido a cámara lenta. El autor ha intentado utilizar todos los sinónimos que podía para alargar el texto. Son formas de escribir, está claro que ha querido darle pausa al diario, pero se me ha hecho muy pesada la lectura. 200 páginas innecesarias, para mi gusto. Decía Baltasar Gracián, que «Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Y lo malo, si poco, no tan malo». Es injusto hablar así, con tanto atrevimiento de un autor consagrado, que ha destacado más como poeta que como narrador. Entiendo que la narración ha ido en consonancia con el tono y el tema del libro. Una historia lenta, de manos a la edad. [En realidad, 49 años no es vejez, quién los volviera a tener y poderse jubilar a los 50 años, ¿dónde hay que firmar?]. He buscado la edad de jubilación en Uruguay, ahora está en 65 años. Es un libro escrito en 1960, lleno de tópicos machistas y una clara homofobia. El colectivo LGTBI+ probablemente lo quemaría, jajaja, aunque si son inteligentes, deben dejarlo como prueba histórica de la persecución que han vivido muchas personas por su condición sexual.

Esta obra fue llevada al cine en 1974, por Sergio Renán, fue nominada a los Óscar y, como película, ha tenido muchos reconocimientos. Y en 2003, también fue llevada al cine por el mexicano Rosas Priego. Ya para la obra de Benedetti es el mejor de los reconocimientos el hecho de que sea adaptada a un guion cinematográfico.

El final fue lo más imprevisible y, para mi gusto, lo más sencillo para un desenlace. La muerte se pasea por la vida del protagonista a su antojo. Y no quiero hablar más, para no desvelar el conflicto. Los pocos conflictos de la historia, el protagonista los recorre de puntillas.

Creo que esta obra no la voy a recomendar fervientemente. Está bien escrita, pero carece de intensidad y se excede de monotonía.

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