“POIESIS DE UN PLATO ROTO SOBRE MANTEL DE HULE”, DE JUAN JESÚS HERNÁNDEZ LÓPEZ
Con este libro, el autor consiguió, en 2022, el XXXVIII Premio Internacional de Poesía Ángel Martínez Baigorri ―convocatoria 2021―, concurso que se celebra desde 1983 en Lodosa; uno de los certámenes más longevos y prestigiosos de la Comunidad Foral de Navarra. Con un jurado reconocido, conformado por personalidades expertas en literatura, catedráticas y escritoras reputadas, quienes seleccionaron este libro entre 76 candidatos; (y recojo textualmente) consideran que:«es un poemario que se sale del tono dominante. Poesía con un grado fuerte de personalidad. Desde el título anuncia que se va a basar en lo cotidiano, en la belleza, el encanto que puede encontrarse en las pequeñas realidades de cada día, incluso en las más humildes y despreciadas, y evidencia que no tiene miedo al léxico que pueda resultar antipoético. El autor ofrece un poemario que mantiene el tono lírico entre lo cotidiano, las anécdotas como de la vida real con toques de ironía, autoironía y crítica, la armonía de elementos (imágenes, epítetos, léxico) antipoéticos con una evidente admiración y análisis de la creación poética. El verso discurre libre, limpio, con fluidez, con sencillez aparente, toques de humor irónico, sin olvidar una mirada crítica».
Un libro de 83 páginas que reúne un prólogo del poeta Pedro Flores, 44 poemas de verso libre y como epílogo unas instrucciones en inglés para hacer malabares con un plato.
Así, tal cuál, aparece la fotografía del autor en la solapa, un niño que no rompe un plato. Pero quién es este poeta, que con su forma de ser y entender la poesía, rompe una vajilla completa...
Debo reconocer que no es fácil la lectura de estos poemas. Escritos con un léxico que te obliga a abrir el diccionario unas cuántas veces para identificar el significado, además utiliza recursos literarios como el símil o la comparación, cargados de referencias culturales; paralelismos de tiempo y lugar [ejemplo: “Cartas desde la cocina de un hotel de Ruanda”, página 45]; y metáforas con un tono surrealista, que obligan a releer los versos. La construcción creativa del poema es casi una fijación entre líneas. Creo que no es apta para todos los públicos. Necesita lectores avezados.
Son muchos los poemas que he marcado tras la lectura, esos poemas especiales, cargados de significado. Hay algunos que tocan la fibra del lector, así en la página 62 podemos encontrar:
POÉTICA N.º 785
Es muy sutil la línea divisoria
entre escribir mal y el arte.
Con esa esperanza
publico mis poemas.
Luis Rogelio Nogueras
Era de noche y, sin embargo, llovía.
También yo escribo sinembargos,
porque he visto gotas de pintura azul
en las alas de una paloma
que, imagino, voló bajo un andamio;
porque papá dejaba siempre
sus novelitas del oeste a mi alcance
y hoy confieso que no las leí;
porque da igual que llueva
y ahora, en el brío de esta mañana,
sea imposible la noche.
El poema siempre encuentra
la grieta por la que salir
a pesar del poeta.
©JUAN JESÚS HERNÁNDEZ LÓPEZ
Hay otros poemas que la ironía reverbera en todos sus versos y, como dijo el jurado, también la autoironía, ese juego que hace con el yo poético: [“Poema para un nudo sanguíneo”, página 59]«No heredé de los genes del pedernal / ni su dominio del tempo / ni las hechuras del héroe.»
Como ven, estamos ante un buen libro. Al igual que en sus anteriores poemarios, este autor nos regala una poesía labrada, con calidad en el lenguaje poético.
Me apetece compartir también este poema, antes de terminar:
APÉNDICE PARA UN MANUAL REFERENTE A LA CONSTRUCCIÓN DEL POEMA
Quién me iba a decir que las guilladuras de mamá
fecundarían la patología de esta, mi tozudez.
Su guardar dientes de leche junto a perlas falsas
y mi ombligo seco de mil novecientos setenta
envuelto en un trozo de tela azul,
como si ahí, lejos de cualquier acecho,
protegiera la crasa vulva de alguna virgen.
Y claro, ahora voy yo, no me dejó otro camino,
como un sintecho manco del Bronx
que, con los ojos desorbitados de Klaus Kinski,
fuera llenando este carro rojo que es el poema
de calamidad, el desconchón de algún plato,
restos de brócoli entre los dientes
y la testaruda tendencia que aportan los genes.
©JUAN JESÚS HERNÁNDEZ LÓPEZ
¡TOTALMENTE RECOMENDABLE!
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