“LA FIESTA DE LA INSIGNIFICANCIA”, DE MILAN KUNDERA

 


Esta novela, con defensores y detractores, fue escrita después de veinte años sin haber publicado ninguna otra novela. Era ansiada, y para muchos fue una decepción. Sin embargo, creo que es una novela que nos aporta mucho, ya desde el título nos regala la importancia o el valor de lo insignificante. Tiene algo de filosofía oriental, el detenernos a contemplar lo que nos rodea, lo insignificante, como la caída de una pluma. En una sucesión de capítulos, el narrador nos cuenta la relación entre varios personajes. No hay un personaje principal. Además, aparece la figura de Stalin contando, en una reunión con otros políticos suyos, una supuesta broma sobre un cazador y las perdices que al resto del auditorio no le hace ninguna gracia. Y es curioso el humor negro de esta obra de Milan Kundera, cómo juega con los elementos más egocéntricos del ser humano: el narcisismo, la vanidad, la cobardía, el egoísmo; a todos los deja entrever y les resta importancia.

Es magnífica la relación de Alain con los ombligos femeninos. Y la invención de su madre a la que nunca conoció. Hay una escena de lucha suicida en el río que hace tambalear a la ética de la humanidad: el deber del auxilio, el derecho a la vida, el derecho a la muerte elegida.

Y qué poder tienen algunas frases, como en la página 72: «cada ser humano es un calco del segundo durante el que ha sido concebido.», o en la página 73: «El que es a la vez un intruso y un tranquilo está condenado, según una lógica implacable, a pedir perdón toda su vida». Y en la página 135, casi como final revelador nos cuenta: «La insignificancia, amigo mío, es la esencia de la existencia. Está con nosotros en todas partes y en todo momento. […], hay que aprender a amarla.» Ojo, esta numeración de páginas se refiere a la edición de bolsillo de Tusquets.

Creo que esta pequeña novela tiene mucha miga. Y es verdad que cuando compartes con otras personas su percepción, te sorprende todo el jugo que se le puede sacar. Anoche tuve esa sensación con el Club de lectura en el que participo. Fue un lujo compartir esta novela con otras personas. Le encontramos episodios cómicos que te hacen reír, que a lo mejor, en la soledad de la lectura solo sonríes, pero al evocarlo te ríes de verdad; como el paquistaní Calibán que inventaba su propio idioma, el episodio de garbeo de D’ardelo con La Franck, etc.

Es una obra corta, de lectura rápida, muy interesante. Muy recomendable.

Comentarios

Entradas populares de este blog

“MEMORIA DE LA MUERTE”, DE LOLA BETANCOR

“LA ESTACIÓN DE LA CENIZA”, DE DAVID FAJARDO RODRÍGUEZ

“NOCHES BLANCAS”, DE FIÓDOR DOSTOIEVSKY