Traficante de libros

  SI QUIERES ESCUCHAR EL POEMA EN LA VOZ DEL AUTOR, PINCHA AQUÍ PRIMAVERA DE 1945 En este abril berlinés, ya sin Berlín, caen sin cesar sobre nosotros los obuses de Zhúkov. En la Potsdamer Platz donde amé por vez primera, los cuerpos son una alfombra por la que camina la historia. Este poema, es un resto de metralla. © DAVID FAJARDO RODRÍGUEZ

PINCHA AQUÍ SI QUIERES ESCUCHAR EL POEMA RECITADO POR LA AUTORA LA FOTO DE LA BODA DE LOS ABUELOS La mirada desterrada de la abuela, el traje grande, prestado, del abuelo, la madrina, de luto, masticando regaliz, y una niña, cosida en la foto, que nadie recuerda. Fue en el cuarenta y tres. Después, abuelo dibujaría, con una tiza gastada, una ventana en la pared. Para arrojarse por ella.  © Mar Zeraus

Si quieres escucharlo de su propia voz, pincha aquí LA APARENTE LEVEDAD DE UNA SOMBRA  Vine a hablar de las Asclepias, del hambre de las mariposas, de cómo los seres pequeños también tienen sus rituales y sucumben a la belleza. Vine a decirte que he visto el mundo en la esquina sombría de un jardín y que entendí que no hacen falta muchos inviernos para volverse un pequeño cadáver hermoso. Quizá la poesía también se arrastra como una sombra pesada y movediza que espera la liviana caricia de un alba piadosa para morir en el preciso instante en que abre los ojos. ©Teresa Delgado Duque

  SI QUIERES ESCUCHAR EL POEMA EN LA VOZ DEL AUTOR PINCHA AQUÍ Premonición A vivir y a morir hemos venido J. E. Pacheco Mira allá a lo lejos, amor,  aquellas son las nebulosas planetarias  donde un día iremos a morir. Una cópula extraña, un encuentro nupcial  que hará sonar la armadura de nuestros cuerpos,  agitados por su acólita tristeza. El eco de tu gemido quedará congelado  en el borde de la galaxia,  donde aprenderemos el arte  de partir sin hacer preguntas. ©  Román del Pino González

PINCHA AQUÍ SI LO QUIERES ESCUCHAR DE SU PROPIA VOZ LA VOZ DE CARL SAGAN El cosmos es un cuenco colmado de una sopa de letras donde leo que ni soy ni estoy, que mi cuerpo, hecho de polvo y ojos, no es sino una particular dicción del orden arbitrario de su alfabeto. Hundo la cuchara y, a pequeños sorbos, me voy tragando a mí mismo. ©JUAN JESÚS HERNÁNDEZ LÓPEZ

PINCHA AQUÍ SI LO QUIERES ESCUCHAR DE SU PROPIA VOZ MUJERES MARCHANDO ALREDEDOR DE LA PIRÁMIDE DE MAYO                      te digo que no entiendo, Padre, bájate                                                                   JUAN GELMAN  Por qué ya no existen mujeres  de las Sagradas Escrituras  que lloraban junto a los sepulcros  y hacían resucitar a sus hijos muertos.  Por qué a estas, que llevan aquí tres días,  Dios mío, tres días, rezándoles a las piedras, a los nichos, a los santos, nadie les dice que todo es mentira.  Y las dejan ahí, aullando de esquina a esquina de esta plaza.  ¡Ay, malditos!, padres, hijos y espíritus,  esos críos eran de sus madres.  Bájense y ac...